sábado, 11 de noviembre de 2006

Cuestiones de pareja


Cuestión 1
Hombre: Ir de compras no es divertido, y no, nunca voy a considerarlo de esa manera.
Mujer: Ver el futbol sentado en el sillón no es un deporte, por más que jures lo contrario.
Hombre: Ajá, así que ya estas criticando el único pasatiempo que tengo para olvidarme de ti. Sabes, es muy difícil aguantarte (con todas tus histerias y tus llantos) y, debido a que te gastas todo el dinero que tengo en tus idioteces, sólo puedo relajarme con la TV. Esto es, si pudiera utilizar MI sueldo que TÚ ME QUITAS podría hacer deportes y todo lo que se me antojaran los reverendos huevos.
Cuestión 2
H: Si no te vistes como modelo de ropa íntima, no esperes que me comporte como los galanes de telenovela.
M: Si no te molestas en afeitarte todos los días, no esperes que me depile.
H: Con una barba de 2 o 3 días podría llegar a parecer intelectual y sexy... Pero si tú no te depilas el cuerpo todos los días puedes correr el riesgo de que te confundan con un simio.

Cuestión 3
H: Si quieres algo, sólo pídelo. Dejemos esto en claro: las indirectas sutiles no funcionan. Las indirectas directas no funcionan. Las indirectas muy obvias tampoco funcionan. Di las cosas tal como son.
M: Si quieres sexo, haz algo más erótico e imaginativo que bajarte los pantalones y separarme las piernas. No funciona. Decirme que has tenido un día muy duro y necesitas relajarte mientras me tocas una teta, tampoco. Aparecer desnudo en el salón con un condón puesto, menos aún. Intenta excitarme antes, por una vez en la vida.
H: Dime tú cómo quieres excitarte. Si para tener sexo contigo la casa tiene que estar limpia, si la ropa tiene que estar planchada, si hay que poner música suave, si hay que encender inciensos, si hay que recitarte poemas, si hay que preparar una cena romántica, y si hay que ejecutar todo un protocolo para tener unos minutos de 'placer'... Sinceramente prefiero masturbarme.
Cuestión 4
H: Si haces una pregunta para la que no quieres respuesta, no te extrañe una contestación que no quieres oír.
M: Si haces una pregunta, moléstate en escuchar la respuesta en lugar de desconectarte inmediatamente. Nos irrita mucho.
H: Primero, si me preguntas idioteces, te contestare idioteces. Segundo, si cada vez que te pregunto algo, me vas a responder como si fueras la cabrona de mi suegra o una enemiga, prefiero dejar que hables sola y que me aconseje el borracho que duerme en la esquina de casa.
Cuestión 5
H: A veces no estoy pensando en ti. No pasa nada. Por favor acostúmbrate a eso. No me preguntes en qué estoy pensando, a menos que estés lista para hablar de temas como la política, la economía, el futbol o los coches deportivos.
M: A veces no piensas. Asúmelo. No intentes convencerme de que tienes asuntos 'metafísicos' en la cabeza.
H: Es verdad, no pienso... en ti. Las veces que lo intente mi cabeza se inundó con tus frases preferidas: No debes, ¿me quieres?, necesito comprar cosas absurdas e innecesarias porque sólo vivo para consumir, ¿me quieres?, necesito ir al gimnasio... Y así, desgraciada mía, no hay mente que aguante. Por eso, es mucho más fácil comprender temas de química, astronomía y física... Y hasta aprender japonés resulta más sencillo que entender que sucede en tu cerebrito.

Cuestión 6
H: Domingo = Carne asada/Amigos/Deportes en la TV. Es como la luna llena o la marea. No se puede evitar.
M: Regla = Mal humor/Dolor de ovarios/Nada de sexo. Eso si que va con la luna.
H: Matrimonio = Poca diversión/Muchas peleas/Soportar familia política/Sexo aburrido/Mal negocio.
Cuestión 7
H: Si piensas que estás gorda, muy probablemente sea cierto. No preguntes, me negaré a responder.
M: Si crees que la tienes pequeña, seguro que es cierto. Pregúntalo las veces que quieras. Siempre mentiré mientras contengo la risa.
H: Pequeña o no, te diré que nunca te ríes de mí cuando me practicas sexo oral... Sólo pones cara de satisfacción.
Cuestión 8
H: Cuando tengamos que ir a alguna parte, absolutamente cualquier cosa que te pongas está bien. DE VERDAD.
M: Cuando nos vamos a cenar a un buen restaurante, conviene que tu aspecto no repela al prójimo. Es más probable que te atiendan.
H: Si vas vestida como ramera y les muestras tus carnes flojas a cuanto hombre desesperado te encuentras en el camino, seguramente más de uno te va a querer 'atender' pronto.
Cuestión 9
H: Tienes suficiente ropa. Tienes demasiados zapatos. El llanto es chantaje.
M: Alegar 'dolor de huevos' para conseguir que me acueste contigo, también. Y, además, es mentira. La diferencia entre tú y yo es que al final yo me salgo con la mía y tú te quedas con las ganas.
H: Estas equivocadita, querida: yo nunca me quedo con las ganas. Y es tiempo de que sepas que no necesito de nadie ni de ningún objeto (y ya sabes que me refiero, a todas esas porquerías que te gusta usar) para gozar. ¡Ay, cuánta razón tenía mi padre cuando sabiamente me decía: Más vale pájaro en mano, que esposa rompehuevos!
Cuestión 10
H: La mayoría de los hombres tenemos tres pares de zapatos. ¿Qué te hace pensar que sirvo para decidir cuál par de los treinta que tienes se ve bien con algún vestido?
M: Cuando te pido que me ayudes a tomar una decisión para la que sé que no estás cualificado, sólo intento disminuir tu inseguridad haciéndote creer que sirves para algo.
H: Tú no estás calificada, eres una imbécil para todo: para tener sexo (eres tan aburrida que tengo que entretenerme con la TV mientras lo hacemos). Para conducir un auto (lo chocas constantemente y llenas nuestro correo con multas). Para tener tu propio dinero (gastas más de lo que tienes y de lo que puedes sacarme de la billetera). Pero déjame explicarte algo: te dejo hacerlo sólo porque mis suegros tienen unas cuantas propiedades que algún día voy a heredar... Y no quiero desilusionarlos haciendo infeliz a la estúpida de la hijita.
Cuestión 11
H: Simples SÍ y NO, son respuestas perfectamente aceptables para cualquier pregunta.
M: Recuérdalo la próxima vez que te diga que NO me apetece acostarme contigo.
H: Recuerda que te fregaré en la cara un terminante NO la próxima vez que me quieras acariciar el 'pajarito' a cambio de que te preste MI tarjeta de crédito.
Cuestión 12
H: Acude a mí con un problema sólo si quieres ayuda para resolverlo. Para eso sirvo. No me pidas empatía como si fuera yo una de tus amigas.
M: Cuando te pido ayuda para algún problema y no sabes qué hacer, no me culpes a mí de ser demasiado complicada.
H: Ah, pero todavía no te has dado cuenta de todo lo complicada que puedes ser, ¿verdad? Paso a enumerar algunos de tus millones de 'dilemas existenciales': 1. ¿de qué color me pinto las uñas si me visto con una blusa verde? ¿Qué hago? ¿Qué hago? 2. Hace dos horas que no puedo decidir que aretes ponerme. ¡Me quiero morir! 3. Se me rompió el tacón del zapato. ¡Ay, Dios mí, por qué me castigas así! Esos no son problemas: son puras mierdas. Y no pienso responder a ninguna de ellas.

Cuestión 13
H: Una jaqueca que dura 17 meses es un problema. Que te vea un médico.
M: Un coito que dura menos de 3 minutos, también. Córtatela y acaba de una vez con el problema.
H: Información: 3 minutos me alcanzan y sobran, pero tú necesitas horas para llegar al orgasmo, y por si fuera poco, te la pasas dando órdenes: que tócame acá, que tócame allá, que así no, que busque el punto G (que por cierto, ¿dónde cuernos está?), que ahí no porque duele. ¡Déjate de joder! Mi formula es fácil: meto y saco (repetimos la operación un par de veces y ya está listo el asunto).
Cuestión 14
H: Si algo que dije se puede interpretar de dos formas distintas, y una de ellas hace que te entristezcas o te enojes, mi intención era decir la otra.
M: Explícate de forma clara (sin usar símiles con las jugadas de futbol o la mecánica) para que pueda entenderte.
H: Me explico de forma clara, lo que sucede es que, lamentablemente, las dos neuronas que tienes una la usas para hablar por teléfono con tus amigas y con la loca de tu madre; y la otra la usas para limpiar la casa. Por eso tienes problemas para realizar las demás tareas como pensar y vivir en pareja.
Cuestión 15
H: TODOS los hombres vemos nada más 16 colores. El melón es una fruta, no un color.
M: Las mujeres tenemos un concepto muy realista de las medidas. Eso no son 20 cm.
H: Y esas tampoco son medidas 90-60-90. Las tuyas son 75-120-140. Más que mujer, pareces una pera.

Cuestión 16
H: ¿Qué diablos es el color fucsia? Es más, ¿cómo coño se escribe?
M: Me importa una mierda que tu coche tenga llantas de aleación. Es más, ¿para que coño sirve que sean de aleación?
H: Para la misma mierda que sirven tus bolsos de cuero, tus prendas de seda y tus anillos de piedras semipreciosas.
Cuestión 17
H: Donde tenga comezón me voy a rascar. No importa cuándo, dónde ni frente a quién.
M: Si las dimensiones de la zona a rascar son suficientes como para no necesitar lupa, me dará igual cuándo, dónde y frente a quién la rasques.
H: Hablando de dimensiones, tú tienes algunos inconvenientes (que yo no sufro) a la hora de rascarte: cuando te pica el culo (tu enooooorme y goooordo culo, por cierto), para rascártelo no alcanza sólo con una mano, necesitas por lo menos uno de esos rastrillos gigantes que usan en el campo para quitarte la picazón.

Cuestión 18
H: La cerveza nos emociona tanto como los bolsos a ustedes.
M: Los bolsos no se colocan alrededor de la barriga de forma antiestética, ni nos impiden ver como van disminuyendo de tamaño nuestros genitales con la edad.
H: Me importa poco mi barriga, pero créeme que tu situación es más preocupante. Tu miserable vida depende de un 'bolsito mágico', en donde guardas lo siguiente: maquillaje para tapar tus ojeras, arrugas y granos; tampones para los días que te desangras; agendas con cientos de números de teléfonos inútiles; espejos para ver día a día cuánto más vieja y fea te has puesto; y miles de cosas más que no sirven para un carajo. Además, tú ni siquiera puedes verte los genitales. ¿Los conoces?

Cuestión 19
H: Si te pregunto si pasa algo malo y tu respuesta es 'nada', reaccionaré como si nada malo pasara.
M: Si me invitas al cine y a cenar, pensaré que tienes hambre y te apetece ver una película. No entenderé que es un 'soborno' para conseguir sexo.
H: Si decido ir al cine es porque me aburro en casa estando contigo, y si quiero ir a cenar afuera es porque necesito alimentarme, y tú lo único que haces es quemar la comida o preparar alguna inmundicia incomible. Sobornos son los tuyos, como los de la Cuestión 11.

Cuestión 20
H: No preguntes ¿me quieres? Ten la seguridad de que si no te quisiera no estaría contigo.
M: No me preguntes si eres el mejor. Pierdes el tiempo. Cuando aparezca alguien mejor, serás el primero en notarlo.
H: Espero que el pobre imbécil que decida suicid... digo, estar contigo posea una paciencia sobrehumana... De lo contrario se le van a hinchar las bolas como a mí por tener que soportarte tanto.

1 comentario:

Callypso dijo...

Por eso dije alguna vez que prefiero ser amante que esposa...