sábado, 13 de enero de 2007

No te metas en mi vida


Recordaba una ocasión en la que escuche a un joven decirle a su padre, "no te metas en mi vida", esta frase calo hondamente en mi, y me imaginaba yo siendo aquel padre, y la forma en que le respondía a mi hijo:

Hijo, yo no me meto en tu vida, tu te has metido en la mía, hace 17 años llegaste a nuestras vidas, ocupaste nuestro tiempo. Durante casi tres meses, mamá se sintió mal, no podía comer, todo lo que comía lo devolvía, y tenia que guardar reposo, los últimos meses, antes de que llegaras a casa, mamá no dormía y no me dejaba dormir, yo tenía que despertar temprano para ir a trabajar, sin embargo, me tenía que esforzar por ser paciente y ayudar a mamá, a que se sintiera mejor para que tu estuvieras bien.

Los gastos aumentaron tanto que gran parte de lo nuestro se gastaba en ti, en un buen médico que atendiera a mamá y la ayudará a llevar un embarazo saludable, en medicamentos, en la maternidad, en comprarte todo un guardarropa, mamá no veía algo de bebe, que no quisiera para tí, una cuna, un moisés, una carreola, todo, todo lo que se pudiera con tal de que tu estuvieras lo mejor posible.

Todas las enfermedades te dieron y nosotros tuvimos que suspender muchas de nuestras salidas, mamá ya estaba muy bien arreglada para ir a alguna reunión, yo estaba a punto de pasar por ella, y me llamaba diciendome, cambio de planes, el niño tiene temperatura, no podremos ir.

Empezaste a caminar y yo no se cuando he tenido que estar más detrás de ti, si cuando empezaste a caminar o cuando creíste que ya sabias, ya no podía sentarme tranquilo a leer el periódico, o a ver el partido de mi equipo favorito, porque te perdías de mi vista y tenia que salir tras de ti para evitar que te lastimaras.

Todavía recuerdo el primer día de clases, cuando tuve que llamar al trabajo y decir que no podía ir, ya que tú en la puerta del colegio no querías soltarme y entrar, llorabas y me pedías que no me fuera, tuve que entrar contigo a la escuela, que pedirle a la maestra que me dejara estar a tu lado ese día en el salón para que fueras tomando confianza.

Del colegio recibía muy seguido notas:

-¡No hace caso!

-¡Es indisciplinado!

-¡Pelea con los demás!

-¡No quiere hacer sus tareas!

-¡Se la pasa en los sanitarios!

-¡Rayó la libreta de su compañerito!

-¡Se lastimo un pie!

-¡Se rompió una mano!


Fuiste creciendo hijo y contigo fueron creciendo las aventuras, al grado que un día, tuve que suplicar al director que no te expulsara, -¿te acuerdas?

Seguiste creciendo, querías ir muy aprisa, te urgía conocer todos los lugares de diversión de la ciudad, apenas tenias 14 y ya querías ir a todas las fiestas de tus amigos que cumplían 15, ya no querías que te lleváramos a tus reuniones, nos pedías que una calle antes te dejáramos y pasáramos por ti una calle después, no querías llegar temprano a casa, te molestabas si te marcábamos reglas, no podíamos hacer comentarios acerca de tus amigos sin que te volvieras contra nosotros, como si los conocieras a ellos de toda la vida, y nosotros fuéramos unos desconocidos para ti, préstame el auto me decías y me sentía el peor padre del mundo por no hacerlo.

Cada vez se menos de ti por ti mismo, y lo que se, es por lo que oigo de los demás, ya casi no te gusta platicar conmigo, dices que nada más te estoy regañando, y todo lo que hago esta mal, mamá se la pasa en vela y no me deja dormir diciéndome que no has llegado y que es de madrugada, solo me buscas cuando hay que pagar algo, o necesitas dinero para la escuela o para salir, o peor aún, te busco yo cuando tengo que llamarte la atención.

Hoy me han llamado y me han dicho, -se ofrecerá una misa de acción de gracias para todos ustedes con ocasión de que su hijo ha concluido sus estudios de preparatoria.

Tu me avisaste con desinterés, como si no te importará que yo asistiera, sin embargo para mi ha sido una gran noticia me que hace sentir muy feliz, ¿como me lo iba a perder?, y aquí estoy, hijo, yo no me meto en tu vida, tu te has metido en la mía y te aseguro que desde el primer día hasta hoy, soy el hombre más feliz.